Dispuesta a encontrarse con el monstruo..

Todos los días te levantas sin saber con qué pie vas a dar hoy el primer paso. Te miras al espejo y ves a una persona que ha recorrido un largo camino. Ves la marca que dejo aquel grano, tu primer grano, el grano que salió el día del examen de matemáticas. Miras un poco más arriba y ves una cicatriz, sí, eso es de cuando me caí cuando simplemente tenía 5 años, cuando me dolía que me pegasen una tirita en la frente y el máximo miedo que tenía era encontrarme a alguien debajo de la cama. Ahora todo ha cambiado, ahora veo a alguien que se ha caído, pero que poco a poco se ha levantado, sin miedo a que le pusiesen tiritas. Veo a alguien que no tiene miedo a encontrarse a otro alguien debajo de la cama ni en el armario y que no se esconde bajo las sábanas. Veo a una persona alegre, dispuesta a caerse de nuevo, dispuesta a encontrarse con el monstruo quien tantas noches me ha dejado en vela y dispuesta a seguir adelante.

Dicen..

Dicen que en la boca cerrada no entran moscas, que tres son multitud y que donde caben dos caben tres. Que iban dos y se cayó el del medio, que todo lo que entra sale y que todo lo compartido es más divertido. Se dice que hay tres tristes tigres comiendo trigo en un trigal, una aguja en un pajar y ciento volando; y como bien dijo Herodes, oídos sordos. Dicen que había tres cerditos y tres casas, y soplando y soplando desnudaron a los tres mosqueteros y se convirtieron en geishas. Dicen también que dos son equilibrio, y que con tres la balanza se balancea aunque no hay mal que por bien no venga porque más vale prevenir que curar. 

Sin embargo, qué más da, si todo lo que sube baja, todo lo que empieza termina, y todo lo olvidado.. Algún día se recordará.