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Cuando crees que todo ha pasado, que todo ha vuelto a la calma, que ya lo has olvidado, que todo es pasado, que ya es una etapa nueva, que lo has dejado atrás, ya, se acabó, que él está completamente borrado del mapa. De repente te das cuenta que no has podido estar más equivocada. Que puedes intentarlo mil veces, que puedes repetir a tu cabeza sus mil y un defectos y todo lo que quieras, pero sabes que el corazón hace tiempo que dejó de hacerle caso, que ha decidido ir a su aire. No puedes evitarlo, tu cabeza sigue pensando en esa cara, en esa sonrisa. En el fondo sabes que sigue siendo importante, y que lo seguirá siendo por mucho tiempo.

Aparentemente igual, interiormente roto.

+Coge el vaso.
-Vale.
+Tíralo y dime lo que pasa.
-Se ha roto, ¿y qué?
+Ahora pídele perdón y dime, ¿vuelve a estar como antes?
-No, pero se puede arreglar.
+Aparentemente estaría igual, pero interiormente está roto.

Te quiero, eso no pueden quitárnoslo

A veces, tienes que estar alejado de aquellos a los que más quieres, pero eso no significa que no los quieras. Muchas veces, eso te hace quererlos aún más.

Puedo y quiero

No me cuesta tanto olvidarte ¿sabes? Solo tienes que alejarte y lo hare. Se que puedo, no soy tan inutil. No lo hagas todo mas dificil. Si no estas aqui es porque tu lo has elegido. Quiero, puedo.

Me gusta tu manera de ignorarme, espero que te guste la mía de irme.

Extraña adicción

Como una partida de parchís que nunca acaba, como la peor de las adicciones existentes. Quieres parar pero no puedes, no puedes parar nada que nunca tuvo freno. Un turno que nunca llega, y si llega, no sabes si es el tuyo. No sabes cómo actuar ni qué decidir, no sabes si abandonar o seguir intentándolo un poco más. Nunca encuentras el seguro, y si lo encuentras, él ya está ahí. No quiere salir, no quiere arriesgarse; posiblemente esté pensando en guardar el tablero pero cabe la remota posibilidad de que esté pensando la jugada perfecta. No saber si lo mejor estando en un punto medio es arriesgarse a tenerlo todo o a quedarse con nada, sin saber si olvidarle es lo que realmente quieres sin arrepentirte de lo que un día hiciste y si es así, que se acabe ya para siempre, que tenga fin, pero ya nada volverá a ser como antes.Entonces es en ese momento cuando te das cuenta de que no quieres que sigan como siempre, quieres avanzar o que se acabe todo. Si estuviese convencido de que iba a perder, posiblemente hubiese guardado el tablero antes de que fuese demasiado evidente, pero claro, puede que le guste la partida.

Que sí

Asume tus errores, se consecuente, borra las malas huellas del pasado y pisa firme este presente. Un día crees que lo tienes todo, que las razones para sonreír son suficientes, pero con la misma facilidad que llega todo, se va. Dar por hecho que nadie va a estar contigo en tu caída no es la solución. Lo más fácil es rendirse, darlo todo por perdido, es lo más fácil y lo más cobarde. El miedo a todo y a nada al mismo tiempo, grita y si crees que no te oyen no te rindas, grita más fuerte aún hasta quedarte sin voz. Es fácil decirlo, sí, pero también hay que estar convencido de que es fácil cumplirlo. Lo que un día se fue no volverá y se tiene que aceptar, hay que vivir con ello y no por ello. Seguir, buscar motivos por los que sonreír, por los que ser nosotros los dueños de nuestro tiempo y no el tiempo de nosotros.

Indiferencia

Lo más extraño de la vida es que sigue su traqueteo, ciega e ignorante, incluso cuando tu mundo privado, la pequeña esfera que has forjado, se retuerce y deforma hasta que llega a explotar. Un día tienes padres, al día siguiente eres huérfano, un día tienes un lugar y un camino, al día siguiente estás perdido en la selva. Y sin embargo, el sol sigue saliendo y las nubes se juntan y van a la deriva y la gente compra comida  y las persianas suben y bajan y se tira de la cadena. Es entonces cuando te das cuenta de que casi todo, la vida, es incesante  mecanismo de existir, no tiene que ver contigo. No te incluye en absoluto. Va a empujarte hacia delante incluso después de que hayas saltado más allá. Incluso después de tu propia muerte.

Pause, play

Días de desesperación total, que no sabes cómo has podido llegar hasta este punto aguantando todo. Cada día, cada hora, cada minuto, cada segundo.. se hacen eternos. No sabes cómo avanzar, simplemente quieres darle al pause y empezar a respirar, coger aire y volver a la realidad otra vez con el play. Momentos que piensas que te has equivocado de planeta, o que quizás hayas caído en un océano lleno de cocodrilos ansiosos   por cazar algo. Dicen que el el peor día dura veinticuatro horas, pero que el mejor también y que al fin y al cabo, esto también pasará.

Bipolar

Pueden decir que soy una histérica, una maleducada y que me entretengo criticando a la gente. Que soy bipolar, injusta y falsa. Que soy una interesada, soberbia e hipócrita. De lo que no se dan cuenta es de que ellos son los que critican, los hipócritas y los interesados. Que son ellos los que viven de las críticas y mueren por la envidia.  Que si soy histérica es porque no aguanto sus niñerías, que si soy maleducada, quizás es porque es como se merecen ser tratados. Que si soy injusta, a lo mejor es porque es lo único que se merecen y que si soy falsa, probablemente es porque no tenga el suficiente valor a enfrentarme al mundo, pero ante todo, es mi problema.

Sentir esa sensación

Sentir esa sensación, la sensación de que te da igual lo que haga. Que no te haga caso y no lo des importancia. Ayudarle y animarle por conseguir a la chica a la que quiere y no desanimarte. Apoyarle para que no se rinda y la pueda conseguir e intentar darle motivos para que siga ahí, y no sentir nada, absolutamente nada. Que te de igual lo que haga, desearle lo mejor, intentar disimular lo mucho que le quieres y que ni se inmute. Que te ignore y sentir que no se para el tiempo como antes, simplemente porque tienes la seguridad de que nada de eso va a salir bien.

Alguien que dice que frenes

Problemas y más problemas. Solucionas uno y te encuentras con otros dos. Hasta que un día decides empezar de cero; bueno, sustituir lo vivido por cosas mejores. Miras a un lado y ves todo lo que te rodea, que alucinante que es todo ¿verdad?, miras hacia el otro lado y ves a toda la gente, tu gente. Gente que siempre ha estado ahí dispuesta a darlo todo por verte sonreír. A los que no les ha importado pasar vergüenza por hacer el tonto y pasar un buen rato.

Miro hacia atrás y.. no, no mires hacia atrás. Eso ya no importa, eso es pasado y lo tienes que olvidar. Mejor no lo olvides, sustituye. Entonces miro hacia delante, y veo un camino, no recto pero tampoco con muchas curvas, y alguien que desde allí me llama, alguien que me dice que siga adelante, que no me rinda. Alguien que me dice que frene, que vaya mas despacio, que no tenga prisa por nada, que viva despacio, que sustituya en vez de olvidar. Alguien que me dice que un siempre no tiene final.

Dispuesta a encontrarse con el monstruo..

Todos los días te levantas sin saber con qué pie vas a dar hoy el primer paso. Te miras al espejo y ves a una persona que ha recorrido un largo camino. Ves la marca que dejo aquel grano, tu primer grano, el grano que salió el día del examen de matemáticas. Miras un poco más arriba y ves una cicatriz, sí, eso es de cuando me caí cuando simplemente tenía 5 años, cuando me dolía que me pegasen una tirita en la frente y el máximo miedo que tenía era encontrarme a alguien debajo de la cama. Ahora todo ha cambiado, ahora veo a alguien que se ha caído, pero que poco a poco se ha levantado, sin miedo a que le pusiesen tiritas. Veo a alguien que no tiene miedo a encontrarse a otro alguien debajo de la cama ni en el armario y que no se esconde bajo las sábanas. Veo a una persona alegre, dispuesta a caerse de nuevo, dispuesta a encontrarse con el monstruo quien tantas noches me ha dejado en vela y dispuesta a seguir adelante.

Dicen..

Dicen que en la boca cerrada no entran moscas, que tres son multitud y que donde caben dos caben tres. Que iban dos y se cayó el del medio, que todo lo que entra sale y que todo lo compartido es más divertido. Se dice que hay tres tristes tigres comiendo trigo en un trigal, una aguja en un pajar y ciento volando; y como bien dijo Herodes, oídos sordos. Dicen que había tres cerditos y tres casas, y soplando y soplando desnudaron a los tres mosqueteros y se convirtieron en geishas. Dicen también que dos son equilibrio, y que con tres la balanza se balancea aunque no hay mal que por bien no venga porque más vale prevenir que curar. 

Sin embargo, qué más da, si todo lo que sube baja, todo lo que empieza termina, y todo lo olvidado.. Algún día se recordará.